martes, 12 de junio de 2012

15.- Terapia Semantica

Terapias Semánticas


Una de las “revolucionarias” técnicas del Conde es “la pausa semántica”, que consiste nada menos que en contar hasta diez antes de decir o hacer una barbaridad. Se propuso erradicar el racismo, convenciendo al racista de que lo que haga o diga este o aquel individuo no vale para los restantes miembros de su grupo, etnia o religión. Algo que sería maravilloso, si funcionara.

Una de las primeras aplicaciones de la terapia semántica fue el tratamiento de las neurosis de guerra entre los refugiados de la Segunda Guerra Mundial. Pero también existieron las aplicaciones a la política. Como afirma Steven Lewis en la página oficial de General Semantics, Arafat 1970 no es la misma persona que Arafat 2000, de manera que puede ser alternativamente aliado o enemigo. Ahí es cuando uno empieza a entender la semántica pentagonal. Si indexamos a Kadafi, por ejemplo, descubriremos cómo el terrorista de antaño ha pasado a ser un fiel aliado de los intereses occidentales. Está claro que Osama bin Laden no tiene nada que ver con el Bin Ladin Group y que el Osama bin Laden que luchaba por la libertad junto a Rambo en Afganistán se ha vuelto con el andar del tiempo y la indexación semántica en la última encarnación del Mal. 
El finado Marcuse quizás habría trabado contacto con algún avatar de la GS, cuando contaba, en El hombre unidimensional, cómo los expertos en relaciones humanas acostumbraban a desactivar los reclamos sindicales. Cuando los delegados obreros protestaban porque los sanitarios de la fábrica estaban sucios, el experto los convencía de que estaban haciendo apreciaciones intencionales y hablaban de abstracciones inexistentes. “Lo que ustedes quieren decir es que el día Tal a Tal hora la tercera letrina de la derecha estaba obstruida con papeles.” “Los baños no existen, existe este, ese o aquel baño.”
Estos efectos perversos de su teoría no habrán sido previstos por el Conde ni entran en la consideración de Martin Gardner, quien se limita a escribir sobre seudociencias. A su criterio, que a esta altura parece bastante plausible, la Semántica General no es estrictamente una seudociencia, a pesar de sus tendencias mesiánicas y de cierto culto de la personalidad. Si bien sus contenidos son en general científicos, no hay nada original en ellos, y en los últimos cincuenta años no han sufrido ninguna evolución. En todo caso, será una ciencia estéril, lo cual es bastante grave, ya que el principal valor de una hipótesis (aunque fuera errónea) es la fecundidad; su capacidad para promover nuevos cursos de investigación.



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